domingo, 25 de marzo de 2012

Tonto Planeta, Dile Que No Me Has Visto.


Estoy a punto de dar la orden y zarpar.

Tomo mis buques, mis armas, mis estrategias y planeo la retirada.
La retirada de un lugar hermoso; la retirada de tu playa.

Tu playa.
Tu playa con su brisa que me llena de paz.
Sus olas que me abrazan y protegen.
Su arena que se mete entre mis dedos de manera suave.
Su mar que besa mis labios y mi piel.

Creo que nunca había estado en un lugar tan hermoso.
Creo que nunca había tenido tantas ganas de quedarme en algún lugar y hacer nada, nada, mas que sentir la inmensidad de un lugar tan perfecto.

Pero me tengo que ir, me tengo que retirar.
Aunque me cueste aceptarlo, no es mi momento en éste mágico lugar. No quiero perturbar su paz con mi presencia extranjera.

Y aunque la estancia fue corta, amé pasar por un lugar inmensamente bello como éste.
Espero un día volver y disfrutarlo como nunca.



El barco por la luna, ya se ha ido.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Silencio.


Tenemos miedo de expresar ese pensar, ese sentir que no nos deja descansar desde hace varios días ya.

Nos escudamos en la culpa; la culpa que siempre aparece después. La culpa que nos enseñaron a sentir.

Preguntas invaden mi cabeza, mi corazón, mi alma.
¿Qué hay de malo en seguir un impulso? ¿Qué hay de malo en querer más? ¿Por qué no disfrutar la única vida que tenemos? ¿Por qué limitarnos a las reglas morales? ¿Por qué el miedo a sentir?

Todo para llegar al tiempo.
El tiempo, el tiempo, la excusa perfecta llamada "tiempo". La convención humana llamada "tiempo".
Pedimos tiempo como si fueran manzanas, agua, monedas.
El tiempo no existe.
El tiempo es una máscara, una salida fácil para evitar decir palabras hirientes. El tiempo es un espacio ficticio donde te convences de que todo está en orden, de que las cosas deben seguir su mismo camino.

El tiempo es un pretexto para guardar silencio. Silencio que nos invade a ti y a mi.

El tiempo no existe.

"Nosotros" no existe.