jueves, 15 de noviembre de 2012

Ignorando la Salida de Emergencia.

Siempre he ignorado las salidas de emergencia. Nuca las veo, nunca las busco, nunca me tomo la molestia de ubicarlas.

Una fiesta; la gente, el alcohol, la música, el baile, las risas.
La fiesta entera era una pista de baile donde los invitados se movían, o al menos trataban de.

Allí estaba Ella; Ella una mexicana que fruta no vendía, ni ciruela, ni chabacano, ni melón, ni sandía.
Ella bebía y bailaba acompañada de dos amigos; y entre risas, tragos y malos pasos de baile, sintió una mano en el hombro. Él.

Él; simpático extranjero, reconocible sólo por su acento. Él se acercó, le tocó el hombro y la invitó a bailar.

Inician las confesiones en la pista de baile. Quienes son, de dónde vienen, qué quieren, qué dejan atrás, qué hay adelante.

Ella sabe que tiene que correr.

Corte a Negros...

Ella abre los ojos mientras escucha "There's a Light That Never Goes Out - The Smiths" y lo ve, lo ha mirado toda la noche pero ahora realmente lo ve.
Él, Ella, la noche, la música, la pista, las luces, son suyas. Ellos bailan, ríen, besan, gozan, se miran.

El encuentro de un desencuentro; Ella parte sabiendo que no lo volverá a ver, al menos, no pronto.
Inicia la separación con prolongado adiós que tiene como antecedente una historia con soundtrack propio.

Ella pasa por la salida. Voltea atrás. Lo ve. Regresa a Él y ya tarde, se va.





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